martes, 15 de junio de 2010

El Valor de las personas

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: "Cachorritos en venta".

Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:

"¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó: "Entre $30 y $50"
El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas: "Sólo tengo $2.50... ¿Puedo verlos?".

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba.

-"¿Qué le pasa a ése perrito?"- preguntó.

El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía la cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".

Y el hombre replicó:

"No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo".

Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:

“Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo, de hecho, le voy a dar mis $2.50 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".

El hombre contestó: "Tú en verdad no quieres comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos."

El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:

"Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".

El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:

"Hijo, sólo espero que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

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